domingo, 25 de enero de 2009

Y aqui.....


Y aquí te espero... entre un ir y venir de días de insomnio, de días de estar muy mal estando bien, confundiendo recuerdos con proyectos, tan lejos y tan cerca. Hoy te espero sin esperarte, sin dejar de tener fe... aún sabiendo que no vas a llegar, a una cita cuyo lugar no conoces, porque nadie te ha llamado a venir... Y aquí te espero.... odiando sin odiarte, por tener la inocencia de antes de ser culpable, por causarme esto, que sin ser tu propósito el herirme, me lastima el alma, y más de una vez me juré no volver a hablar de amor y me mentí de nuevo... y es que sin entenderme me entendías y pensé que al no verte, no notaría mi corazón la falta que le haces... Y aquí te espero... al ver tu imagen como un retrato en mi mente, que aunque me mira de reojo pidiéndome perdón por algo que desconoce, me condenas a días más grises que un sentimiento muerto, y no tendré ya que robarte un beso, y hoy será de nuevo a la soledad, a no tener nada que decir; si acaso solo una mirada cargada de esperanza, guardando recuerdos de cosas que no llegaron a realizarse, de promesas no hechas, de falta de razón suplicando que la cordura no moleste al recordarnos que no puede ser, que nunca sería y que nunca será, pero que aún sin existir han sido los días más maravillosos que jamás habré vivido...

Deja que mis manos.....


Deja que mis manos,

sombra,

no se extiendan

inútil en la oscuridad ,

deja que acaricien tu rostro

si tenerlo no puedo,

si verlo no consigo,

No esperes la madrugada

para confundirte con la luz

no me dejes resignado

a esperar la noche

para rogarte de nuevo.

Acércate, sombra,

déjame tu frío

para aplacar el calor que me abraza,

la fiebre de mis sueños,

el dolor de ya no tenerte…

Llorar....



Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares, llorando. Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuies y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con las rodillas. Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato, de flacura. Llorar improvisando, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

sábado, 24 de enero de 2009


En los espacios vacios

que deja tu ausencia

mi amor prolifera.

crece,

ocupándolo todo

como hiedra venenosa

y entre sus ramas dejan ver

su lomo color verde lluvia

siseantes serpientes de nostalgia

i

La vida....


La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.