viernes, 21 de noviembre de 2008

Hay un tiempo....


Hay un tiempo...
No dejaré pasar el tiempo, porque los hijos no esperan.
Hay un tiempo...
Lo haré lo mejor que pueda durante este tiempo, porque los hijos no esperan.
Hay un tiempo...
Este tiempo es corto, y si me descuido se me esfumará, porque los hijos no esperan.
Hay un tiempo...
Este tiempo es breve, aprovecharé cada minuto, porque los hijos no esperan.
Hay un tiempo...
No cambiar este derecho natural por la posición social, la reputación profesional o un cheque de sueldo. Una hora de dedicación puede evitar años de dolor mañana. La casa puede esperar, el auto puede esperar, la ropa puede esperar, pero los hijos no esperan. Habrá un tiempo...
Entonces será mi tiempo, yo sí puedo esperar.
Habrá un tiempo...
Entonces recogeré el fruto de haber respetado los tiempos de mis vástagos, de haber postergado los míos, de haber sido consciente de que esos tiempos eran breves y de no haberlos hecho esperar.

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