Quiero sentir la lluvia.
Callado,
distante, alejado de tu presencia,
sabiendo que en cada gota se me va una palabra
de aquellas que siempre te reservo.
Formarán charcos en tu ausencia
cilancos de olvidados sueños
que guardaba para arrullar tu oído.
Si vuelves estaré vacío,
seré un arenal entre los ojos de un puente.
Pero en mi silencio
podrás ver los restos húmedos
que en la tarde dejó la tormenta.
Los versos quedarán como esencia
entregada entre las flores
y todos los que paseen
por la alameda pensarán en ti.
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