sábado, 23 de agosto de 2008






Quiero sentir la lluvia.

Callado,

distante, alejado de tu presencia,

sabiendo que en cada gota se me va una palabra

de aquellas que siempre te reservo.

Formarán charcos en tu ausencia

cilancos de olvidados sueños

que guardaba para arrullar tu oído.

Si vuelves estaré vacío,

seré un arenal entre los ojos de un puente.

Pero en mi silencio

podrás ver los restos húmedos

que en la tarde dejó la tormenta.

Los versos quedarán como esencia

entregada entre las flores

y todos los que paseen

por la alameda pensarán en ti.

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